martes, 20 de marzo de 2012

Noche y Niebla

Era imposible no enterarse, sabía que estabais todos compinchados para que dejara al margen la “Innovación y creatividad empresarial” que me tenía sin poder respirar, y lo habeis conseguido. La verdad que era un proyecto muy apetitoso para mí, pero ya me había metido en el “lío del curso” y como me resultaba aburridísimo no quería distraerme mucho, por eso era reticente a caer en las nasas.

Vuestro trabajo fue duro e intenso y no pude aguantar, así que a seis días de la “Gran fecha”, caí en vuestras redes, o en Kayena (del blog http://kayenalibros.blogspot.com.es/) redes, como querais llamarlo, o en Noche y niebla redes… da igual el nombre que le pongamos, la cuestión es que caí como caen los pájaros un día de verano. Sinceramente no sé si los pájaros se lamentan o no de caer, la cuestión es que la caída mía no fue parecida a la de las aves, así que es posible que ellas, si pudieran, se lamentaran, pero la cuestión es que yo siento todo lo contrario, vamos que no solamente no me lamento de esta caída sino que me alegro de haber caído, y es que aunque duele, a veces las caídas son gozosas por los sentimientos que afloran o por lo que nos hacen sentir.

Así que diré que esta mi segunda lectura conjunta a través y/o gracias a internet ha sido una experiencia muy favorable.

¿Qué os puedo decir del autor que otros no hayan dicho ya? Por suerte no tuve que recurrir ni a la Wikipedia ni a ningún sitio para buscar información. Lo único que os puedo decir de él es que tiene un gusto exquisito para transmitir en el arte del escribir. Su nombre, vale, quizás si os digo Juan Andrés Moya Montañez no os suene de mucho, pero para los que sois asiduos de Ciao si os digo John_Andy seguro que caeis (al igual que caí yo) en que es alguien de por aquí, ¿verdad? Si nunca leísteis ninguna opinión de él, os invito a que lo hagáis, estoy segura que disfrutareis, y si teneis la posibilidad de leer este libro también os animo a ello, pues no os lamentareis.

¿Y de cómo conseguir esta breve novela? Estoy segura que ya muchos lo dijeron, pero por si no es así, que no creo, os diré que para conseguirla teneis que ir a la página bubok.es/libros/204943/NOCHE-Y-NIEBLA, ahí os encontrais en una página con la ficha del libro en cuestión y las opciones de compra. Sí, opciones de compra y es que con la llegada de los ebook, tablet y demás parafernalias la literatura tiene que modernizarse y ofrecernos todas las posibilidades para que todos lleguemos a ella. Así que está el formato impreso por poco más de diez euros y el formato para descargar que cuesta la mitad, ahí ya va a gusto del consumidor.


Noche y niebla es una historia contada en 13 capítulos más un epílogo. Lo que queda claro es que el autor no es supersticioso, sino haría como hacen los supersticiosos y pondría “capítulo 12+1” qué quereis que os diga, yo, personalmente, también habría puesto el número 13.

Lo que sí no os digo es el número de páginas porque por lo visto de unas ediciones a otras varía, lo que sí os digo es que son poquitas páginas, tanto unos como otros rondan las treinta, y os aseguro que pasan volando.


En estas treinta páginas nos situaremos en diferentes lugares, alternando de un capítulo a otro, a modo de “Flashback”, para que conozcamos bien la historia. Así pasaremos del “presente” de la historia, al pasado más pasado y a otro más cercano.


Quiero hacer una mención especial al primer capítulo. Lo describiré como un episodio exquisito en el que nos situamos en la más tierna infancia de la protagonista Lucía, cuando aún vivía en Buenos Aires. Digo que el episodio es exquisito porque se trata de una vivencia que yo creo que muchos tuvimos de una u otra manera. ¿Quién no intentó atrapar al Sol?¿O a una estrella?¿O a la Luna? Y estando cerca de un adulto, padre, madre, abuelo, abuela, un adulto que nos daba todo su cariño, hizo de ese momento un momento mágico, raptando lo que nuestras ansias infantiles deseaba exclusivamente para nosotros.

Si bien es cierto que los mejores recuerdos son los de la infancia, os diré que me parece lo más normal, pues ¿quién olvidaría un episodio así en su vida? Al fin y al cabo somos lo que somos gracias a todas las vivencias que pasamos, incluso éstas.
Desde el año 1983 las cosas cambiaron, pues la familia tuvo que marcharse de la tierra que les vio nacer y tuvieron que ir a vivir a España escapando de los “monstruos”.

Cambiando de tercio Lucía, su madre Gabriela y su padre, están viviendo una de sus peores etapas, pues, y cito textualmente: “es difícil admitir que alguien a quien quieres está enfermo y no continuará a tu lado.”

Máxime tratándose de su padre, que tanto hizo por ella, y con el que tenía una relación preciosa. Pero todos pasamos por ello y por mucho que nos duela tenemos que admitirlo que al igual que nacemos también nos morimos.

Pero sucede algo, algo que quizás hubiera sido mejor que sucediera más tarde, ya cuando el padre de Lucía hubiera fallecido, pues una señora hace ver a Lucía que su padre no era solamente ese hombre que ella conoció como el fabuloso y fantástico padre, sino que en su interior guardaba los resquicios de un auténtico monstruo que había cometido las más atroces salvajadas.

No sé si lo peor es el haber vivido una mentira por parte de tu padre, o por parte de tu madre, que lo tapaba o escondía sabiendo de sobra lo que había. La cuestión es que Lucía no siente lo mismo por su padre, en un momento que por otra parte le gustaría estar a su lado para que se fuera con la persona que más quería.

No voy a revelar nada más, pues creo que lo que revelé es más que suficiente para que la leais sin haber destrozado nada.


CONCLUSIÓN

Una vez terminada mi lectura me vinieron muchos sentimientos a la mente y al corazón. Uno de los sentimientos fue de alegría por haber formado parte de este grupo de lectura, pues a pesar de que mi mente debería estar en otra parte (el dichoso curso) me era imposible, pues en el momento en el que entraba en la página de Ciao y veía algún “sobre mí” que me llevaba a Lucía o si entraba en Facebó me pasaba igual, pues siempre había algún comentario sobre esta novela.

Por otra parte, la alegría también la compartía el hecho en sí de haberlo leído, porque quitando el hecho de haber formado parte de este grupo la lectura, me resultó una lectura divertida, engatusadora, incluso ahogadora, pues desde que empecé a leer el primer capítulo no pude parar ni para respirar hasta que llegué al epílogo, y una vez terminada me quedé pensando como media hora en todo lo que había leído. Es más, durante el fin de semana volví a leerla, y a pesar de que ya sabía como era la historia, mis sentimientos fueron los mismos, lo único que hubo un momento en el que incluso se me saltaron lágrimas, pues he de reconocer que hay momentos que al leerlos se me hacen violentos (el que la leyó ya lo sabe, el que no mejor que la lea y así no destripo nada).

Voy a separar dos cosas, una lo que sería la escritura en sí de esta “mini-novela” y otra el argumento de la misma.

En cuanto a lo primero, la escritura en sí, os diré que disfruté mucho. Me encanta una narración tan cuidada, con un vocabulario precioso, preciso y perfecto, además de extenso, con multitud de metáforas. Todo esto hacen de este relato un auténtico placer de leer, y creo que fuera como fuera el argumento esto lo disfrutaría igualmente. Y es que como os dije al inicio de la opinión, leer a John_Andy es siempre un placer porque es muy cuidadoso con sus palabras, tiene un léxico perfecto y una composición magnífica, sus textos son los típicos que te envuelven y te hacen ver las cosas como si las tuvieras delante, o sentir la música como si la estuvieras escuchando.

Por otra parte, a veces creemos conocer a alguien, pero no es así, siempre hay algo que nos muestra a las personas como realmente son. Todos tenemos un pasado, todos escondemos algo, por otra parte, todos cometemos errores, y todo se puede curar, pero para los que reciben nuestros errores no es fácil perdonar. Esto me recuerda por ejemplo a los Etarras que están pidiendo el perdón a las víctimas de sus actos terroristas. Aún hace poco vi en la televisión un reportaje en el que hablaban del tema e incluso salían víctimas que habían hablado con el culpable de su dolor y que había sido algo duro, pero bueno.

Debe ser dificilísimo perdonar algo así, pero hay que pensar que el perdón no significa que esas personas no hayan sufrido, el sufrimiento está ahí, y no se va nunca, pasan los años y es posible que aparezcan tiritas sobre él, pero bajo las tiritas está ahí, ese dolor.

Está claro que nuestros padres cometieron errores, pero cuando nuestros padres nos alcanzan el Sol, la Luna y las estrellas en esa época para nosotros ellos son nuestros dioses, ellos tienen el poder y la verdad absoluta. Está claro que con los años esto se va calmando y con el tiempo vamos viendo a nuestros padres como nuestros semejantes, aunque aquellas vivencias nos hacen sentir un amor por ellos inmenso. Tenemos que pensar que nuestros padres, antes de regalarnos esas vivencias fueron personas, tuvieron vida, y también tenemos que pensar que nuestros padres, estando con nosotros lo daban todo, pero fuera de casa no nos tenían a su vera para seguir ese ritmo y cada uno ejercía su trabajo o hacía lo que tenía que hacer o lo que el corazón le dictaba (ojo, que no estoy defendiendo nada ehhhh), vamos que si bien es cierto que son padres, también son personas, y las personas en realidad no son ni dioses ni tienen el poder ni la verdad absoluta, son como todos los demás.

Recuerdo un momento de mi vida, con diecisiete años, una edad difícil, en la que estaba pasando el peor momento de mi vida. En ese momento supe una verdad. Para quien tuvo que abrirse fue un momento muy duro, pensaba que para mis hermanos y para mí también lo sería, sin embargo, no fue así, a pesar de que se clareó parte de nuestro pasado, no podíamos irnos a esa parte de nuestra vida y quedarnos allí, estábamos viviendo un presente, y era lo que teníamos que hacer. Así que en ese momento, más que en ninguno, los tres nos vimos apoyados y sentíamos que teníamos apoyar a quien más nos quería, pues el paso que estaba dando era muy duro.
Mi pasado no es para nada comparado al de Lucía, pero siempre hay vivencias que nos hacen sentir empatía por los protagonistas de las historias, personalmente me gusta hacerlo, aunque suene un poco ególatra en alguna ocasión eso de llevar las historias a mi terreno, pero por otra parte es la mejor manera de sentir empatía, el recordar, el ponerse en la piel,…

Resumiría mi opinión recomendándoosla pues os aseguro que la historia se hace muy corta, ligera, fácil de leer, engancha, se disfruta, hace pensar,…

7 comentarios:

  1. Qué reseña tan completa, también lo he leído para la lectura conjunta y la historia me ha gustado mucho, está muy bien escrita lo que hace que leas el libro casi sin darte cuenta
    besos

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  2. Es cierto Tatty, es tan intensa... Bicos.

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  3. Aunque es corta que se lee en un suspiro, es muy intensa, a mí me gustó muchísimo, pero me quedé con ganas de más. Un besazo!

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  4. Esta lectura conjunta me ha hecho conocer tu blog. Ya tienes un seguidor más. Reseña positiva como todas. También me ha gustado bastante el libro.

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  5. Creo que cada uno, a nuestra manera, nos vemos representados en algún personaje de una manera por diferentes motivos, más cuando la historia juega con sentimientos universales, como es el caso. Con respecto a la reseña, es fantástica, algo que creo haberte dicho en su día.

    Por lo demás, darte las gracias por participar en esta lectura conjunta, por partida doble. Me ha encantado la experiencia a todos los niveles.

    Un beso.

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  6. Muchísimas gracias por tu increíble reseña. Lamento haber tardado tanto en comentarla, pero he estado bastante perdido últimamente. Me siento muy halagado por tus palabras y el cariño con el que has tratado a mi historia; eres muy generosa. Por cierto el número trece es mi número de la suerte desde que tengo uso de razón. De ahí los trece capítulos. Y me ha traído toda la suerte del mundo, jaja. Muchos besos y muchas gracias, :)

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    1. No lamentes nada, cada uno tenemos nuestras vidas, con nuestras cosas, por eso, cuando aparecemos siempre es una sorpresa. Agradezco muchísimo tu comentario, y mira, es curioso lo del número trece, cuando hay tanta gente que le tiene tirria (cosa que no entiendo). Bicos.

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